Para mi formar parte de la Comunidad del Club de la calma significa sentirme arropada por un grupo de mujeres que desean lo mismo yo. Porque cuando ya ves que necesitas cuidarte y quieres tiempo para ti, piensas que eres una egoísta o que eres un bicho raro.
Cuando entras en el Club y ves que no eres la única, eso me da mucha fuerza. He aprendido a canalizar el estrés y los nervios. Ahora disfruto de una vida más sosegada, más tranquila y más calmada. Veo las cosas de manera distinta, les quito hierro y doy importancia a las que de verdad la tienen.

Me parecía que no era capaz de meditar, aunque sabía que me iba a venir bien. Todavía no consigo meditar por mi cuenta el resto de días, pero espero poder hacerlo en breves. El compromiso de estar con más personas hace que no falte a la cita conmigo misma dos veces por semana.